El arte de la benevolencia
¿Hay que hacer el despertar musical a los niños?
El inicio de la escuela está
aquí y las madres se preguntan si no es hora de abrir los
sentidos y las emociones de sus hijos a las artes y, en
particular, a la música.
Se plantean entonces muchas preguntas: ¿dónde inscribir a mi
hijo? ¿No es demasiado joven para empezar a hacer música? ¿Es
bueno? ¿Qué instrumento va a hacer?
Ante todo, hay que precisar que el despertar musical comienza
antes même la edad más joven, ya que el niño capta todos los
sonidos en el vientre de su madre, incluso es capaz de reconocer
canciones que «aprendió» antes de su nacimiento. Así hace la
diferencia entre la voz de su padre y la que se queda con su
madre.
Esto responde a la pregunta de la edad: si el despertar musical
es adaptado al niño puede seguirlo incluso a partir del 2 años.
Antes es más el papel de los padres que deben poner Niños en
contacto con entornos sonoros benéficos.
El despertar musical no está reservado a tal o cual categoría de
niños. De tal a tal edad. Se practica desde la nacimiento, pero
debe adaptarse a cada niño.
Un despertar adaptado a cada uno.
Cada niño es diferente, hay que percibir en cada uno la
forma en que va a escuchar y luego escuchar la música. Escuchar,
captar, no es sólo escuchar.
La primera forma del despertar musical es cuya aceptación del
sonido musical. Para esto el Maestro de música debe dejar niños
impregnarse de música, descubrir ritmos y sonidos lentamente. El
niño hará la diferencia poco a poco entre sonidos, ruidos,
ritmos, lentitud y ráfagas de aire.
No dejar tiempo y « l'activité » tomar el no sobre los
sentimientos musicales. El niño no tiene la noción, y eso está
muy bien, de rentabilidad del tiempo. Aprende a un ritmo que es
muy diferente de los adultos o adolescentes. Dejar a el niño su
iniciación al descubrimiento sin esperar una presentación sonora
inmediata.
La energía y los juegos
El niño tiene mucha energía, a menudo la gasta en sí mismo
desahogarse durante las clases de estimulación musical. El
despertar musical es también el de los sentidos, de la escucha
en particular. La práctica musical no es sólo en el « faire »,
pero también en « l'être » receptivo, en el silencio de la
escucha que en un niño rara vez es pasiva.
Hay que tener en cuenta la energía y el deseo real de el niño.
Sólo entonces, habiendo dejado su demasiado lleno de entusiasmo
y de ardor al juego desplegarse, se centrará en instrucciones o
escuchas musicales y sobre el aprendizaje musical. Es a menudo
un escollo para un descubrimiento real musical y sonora. El niño
hiperactivo contrariamente a lo que se cree que no se calma
haciendo música: él gestiona su energía, la enfoca y aprende a
estructurarla como varias fases que para él no son frustrantes.
El niño impulsa su energía hacia fuera y no es receptivo a la
energía exterior: sonidos, música...>
No olvidemos nunca que si son los padres los que inscriben niños
en talleres de estimulación musical, no es necesariamente del
gusto del niño. Puede tener ganas de otras actividades: pintura,
yoga, bricolaje... lo que es cierto para los adultos lo es
también para los niños.